sábado, 3 de agosto de 2013

FUENTES DE INGRESOS Y GASTOS PÚBLICOS

                                                




La principal fuente que origina los recursos con los que el Estado cuenta para realizar sus tareas, es la sociedad. Es decir, todos y cada uno de los ciudadanos tiene la responsabilidad de contribuir a financiar los gastos del Estado, en la medida que éste establezca dicha contribución, lo cual depende de la naturaleza y carácter del propio Estado. Estos ingresos pueden ser recaudados por el gobierno central o por los gobiernos regionales y locales, a los cuales les corresponde una mayor o menor proporción de los mismos según lo estipule el ordenamiento legal vigente.

La forma tradicional y la más importante mediante la cual los ciudadanos contribuyen al financiamiento del Estado, son los impuestos. La naturaleza y carácter del Estado definen el tipo de impuestos y los porcentajes a partir de los cuales se calcula.

Además de los impuestos, los gobiernos reciben ingresos por rentas especiales que cobran, como las que recaudan en las aduanas o las que se reciben por concesiones especiales, por derechos de registro, por ventas o alquiler de la propiedad pública, por utilidades del banco central o de distintos autónomos y empresas públicas. También se pueden agregar desde el punto de vista contable aquellos ingresos que provienen de empréstitos o adelantos que éste recibe, ya sea por la emisión de bonos de la deuda pública o por la utilización de líneas de crédito internacional de diverso tipo.

Por otra parte, los gastos realizados por el gobierno provienen de diferentes naturalezas, que van desde cumplir con sus obligaciones inmediatas como la compra de un bien o servicio, hasta cubrir con las obligaciones incurridas en años fiscales anteriores. Sin embargo, muchos de ellos están dirigidos a cierta parte de la población para reducir el margen de desigualdad en la distribución del ingreso. Los Gastos públicos se originan en primer lugar por las necesidades básicas de la población o de consumo del propio Estado, tales como servicios públicos, salarios de funcionarios, compra de bienes o servicios. También surgen gastos necesarios para mantener o mejorar la capacidad productiva del país, como infraestructuras.


El aumento del gasto público para el cumplimiento de las tareas del Estado no debe ser motivo de preocupación, siempre y cuando existan las fuentes adecuadas que generen los recursos necesarios para financiar dichos gastos. El problema ocurre cuando el estado no cuenta con los ingresos suficientes para poder gastar.

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